Predecir y prevenir la disrupción de la cadena de suministro con la tecnología adecuada

Predecir y prevenir la disrupción de la cadena de suministro con la tecnología adecuada

 

Tras un periodo de crecimiento acelerado, la inversión en la digitalización de las cadenas de suministro está empezando a estabilizarse. A pesar de una mayor concienciación sobre los riesgos, un estudio de McKinsey muestra que muchas organizaciones están posponiendo nuevas inversiones en sus cadenas de suministro, frenando los esfuerzos de digitalización en un momento en el que la resiliencia quizá nunca haya sido tan crítica.

 

Aunque esto no suponga una señal de alarma para algunos, la mayoría de los distribuidores se enfrentan a algún tipo de disrupción en la cadena de suministro, desde ciberataques y desastres naturales hasta eventos geopolíticos. Detener el progreso tiene un coste, y la agilidad y la preparación para el futuro no se logran manteniendo el statu quo. La disrupción es inevitable y no se puede dar por garantizada una fuerza laboral cualificada, lo que significa que las organizaciones de distribución simplemente no pueden permitirse quedarse paradas.

 

 

Cuando la disrupción se encuentra con una fuerza laboral menguante

 

Las grandes disrupciones en la cadena de suministro a menudo comienzan en lo más profundo de la red, y muchas organizaciones tardan hasta dos semanas en responder. Para los distribuidores que ya están lidiando con la volatilidad, ese es un retraso peligroso. En ese tiempo, los pedidos de los clientes quedan sin atender, los plazos de entrega se incumplen y los costes operativos empiezan a aumentar.

 

Nuestra investigación mostró que, de media, solo el 17% de las organizaciones de distribución encuestadas están bien preparadas para mitigar disrupciones. Aunque los titulares globales suelen centrarse en las amenazas más inmediatas como desastres naturales, conflictos geopolíticos y ciberataques, hay otro reto persistente que socava el rendimiento de la cadena de suministro: la escasez de mano de obra.

 

Y no se trata de cifras menores. McKinsey estima que el producto interno bruto (PIB) de 30 economías avanzadas podría haber sido un 1,5% mayor en 2023 si los empleadores hubieran tenido acceso a los trabajadores que necesitaban. En la última década, las vacantes de empleo por persona desempleada se han más que cuadruplicado.

 

Para las organizaciones de distribución, el impacto es evidente. Hay menos personas disponibles para realizar tareas cada vez más complejas, y quienes están disponibles esperan herramientas modernas, sistemas intuitivos y menos trabajo manual repetitivo. Sin embargo, muchas organizaciones aún dependen de procesos obsoletos y sistemas desconectados, lo que las deja vulnerables ante una disrupción.

 

No invertir más en la digitalización de la cadena de suministro, depender de sistemas heredados y carecer de una plantilla cualificada es una estrategia de alto riesgo en un mundo con poca previsibilidad.

 

 

Una respuesta más inteligente empieza con una estrategia

 

Para pasar de soluciones reactivas a corto plazo a una resiliencia proactiva, los distribuidores necesitan una estrategia clara diseñada para la incertidumbre. Por eso encargamos uno de los mayores estudios globales del sector para descubrir qué diferencia realmente a las organizaciones de distribución más productivas. ¿El resultado? Identificamos cuatro vectores clave de valor que sirven como hoja de ruta hacia el éxito.

 

Estas áreas estratégicas muestran cómo las inversiones tecnológicas, cuando se aplican correctamente, pueden desbloquear una ventaja productiva medible y situar a las organizaciones en el camino de la creación de valor:

 

  • Agilidad y preparación para el futuro: la capacidad de anticipar la disrupción y adaptarse rápidamente
  • Procesos y sistemas: donde la automatización, la visibilidad y la eficiencia van de la mano
  • Cultura del dato: información en tiempo real que impulsa decisiones más rápidas e inteligentes
  • Enfoque en el cliente: poner los resultados del cliente en el centro de cada decisión operativa

 

El 81% de las organizaciones de distribución coinciden en que el éxito en su sector dependerá del uso de nuevas tecnologías. Con esto en mente, las organizaciones más productivas no solo digitalizan, sino que optimizan. Invierten en plataformas centralizadas que ofrecen visibilidad de extremo a extremo en tiempo real a lo largo de la cadena de suministro, lo que les permite detectar problemas antes y actuar con rapidez. También aprovechan flujos de trabajo automatizados y sistemas intuitivos para potenciar a sus equipos, lo que además les ayuda a atraer talento nativo digital que espera más de las herramientas con las que trabaja.

 

Además de integrar tecnología que atrae a profesionales cualificados, la automatización de procesos manuales también puede reducir la necesidad de plantillas más grandes. Tecnologías predictivas como la inteligencia artificial (IA) permiten tomar decisiones más inteligentes y agilizar las operaciones. Los distribuidores pueden configurar respuestas automáticas basadas en desencadenantes específicos, como redirigir envíos, ajustar el inventario o alertar a los clientes sobre problemas que puedan afectar al cumplimiento. Además de ofrecer mayor eficiencia, esto permite a los distribuidores mantenerse competitivos en un mercado donde un servicio poco fiable hace que los clientes se vayan a la competencia.

 

 

Los retrasos son, en el mejor de los casos, molestos; y en el peor, costosos

 

Predecir una posible disrupción no solo significa que los distribuidores pueden responder más rápido, sino también que los clientes seguirán recibiendo los productos que esperan, cuando los esperan. Ese nivel de fiabilidad se traduce en fidelización. A medida que aumentan las expectativas y el mercado se llena de competidores, un cumplimiento fluido y fiable deja de ser un factor diferenciador y se convierte en una necesidad. Las organizaciones que entregan de forma constante son las que se mantienen en la mente del cliente y en lo alto de la cadena de valor.

 

 

Descubre cómo hacer que lo posible suceda

 

La escasez de mano de obra y la disrupción inevitable significan que los distribuidores no pueden permitirse esperar. Las organizaciones de distribución más productivas están actuando ahora, utilizando la tecnología para impulsar la productividad empresarial, obtener visibilidad con datos en tiempo real para una toma de decisiones más inteligente y, en última instancia, asegurar el éxito a largo plazo. Nuestra IA, desarrollada específicamente para el sector de la distribución, permite a los clientes obtener no solo información predictiva, sino también personalizar experiencias y acelerar las operaciones.

 

Para lograr el impacto completo de la transformación digital, es esencial un cambio de mentalidad. El “vacío de valor” la brecha entre la promesa de la tecnología y la productividad que realmente aporta sigue siendo un gran obstáculo. Aunque todas las organizaciones buscan generar valor, pocas cuentan con el enfoque estratégico, los indicadores adecuados o la tecnología necesaria para desbloquearlo de verdad.

 

Para avanzar de forma medible, los distribuidores necesitan un socio que entienda la complejidad de su sector y pueda ayudarles a cerrar la brecha entre la ambición y los resultados.

 

  

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